La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) instan a adoptar medidas para que el trabajo híbrido y el teletrabajo sean seguros y productivos, en aras de proteger la salud de quienes lo realizan.
Los dos organismos de las Naciones Unidas publicaron un informe técnico donde exponen los beneficios y los riesgos del teletrabajo para la salud, y los cambios necesarios para adaptarse a esas formas de labor que obligó la pandemia de COVID-19 y la transformación digital del trabajo.
La mejora del equilibrio entre la vida laboral y la personal, la posibilidad de un horario flexible y de realizar actividad física, la reducción del tráfico de vehículos y del tiempo en desplazamientos, y la disminución de la contaminación atmosférica, todo lo cual puede mejorar la salud física y mental y el bienestar social, el aumento de la productividad y la reducción de los costos operativos para muchas empresas, también se encuentran entre los beneficios señalados en el informe.
Sin embargo, advierte que, sin planificación, organización y asistencia en salud y seguridad adecuados, el teletrabajo puede tener repercusiones importantes en la salud física y psicológica y el bienestar social de los trabajadores. Puede derivar en aislamiento, agotamiento, depresión, violencia doméstica, lesiones musculoesqueléticas y de otro tipo, fatiga ocular, aumento del consumo de tabaco y alcohol, exceso de tiempo sentados ante una pantalla, y causar un aumento nocivo de peso.
La doctora María Neira, Directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud, de la OMS, dijo que en «los casi dos años transcurridos desde el inicio de la pandemia, ha quedado muy claro que el teletrabajo puede aportar fácilmente beneficios para la salud, pero también puede tener un efecto nefasto. Hacia qué lado se incline la balanza depende totalmente de que los gobiernos, los empleadores y los trabajadores trabajen juntos, y de que haya servicios de Salud laboral ágiles e imaginativos, a fin de poner en marcha políticas y prácticas que beneficien tanto a los trabajadores como al trabajo».
«El teletrabajo y, en particular, el trabajo híbrido, ha venido para quedarse y es probable que aumenten después de la pandemia, ya que tanto las empresas como las personas han experimentado su viabilidad y sus ventajas», señaló Vera Paquete-Perdigão, directora del Departamento de Gobernanza y Tripartismo de la OIT.
Argumentó que en la medida en que nos disponemos a salir del «compás de espera» para asentarnos en una nueva normalidad, tenemos la posibilidad de incorporar nuevas políticas, prácticas y normas de apoyo que garanticen que millones de personas que realizan trabajo remoto tengan un trabajo saludable, feliz, productivo y decente.
El informe ofrece recomendaciones prácticas para que la organización del teletrabajo atienda a las necesidades tanto de los trabajadores como de las organizaciones; entre ellas, debatir y formular planes de trabajo individuales para el teletrabajo y aclarar las prioridades; ser claros con respecto a los plazos y a los resultados previstos; acordar un sistema común que anuncie la disponibilidad para trabajar; y garantizar que los directivos y los compañeros respeten el sistema.