El instinto de supervivencia grita: «apártate», pero hay quienes en contra de ese llamado se acercan, tienen que hacerlo, al epicentro de la amenaza, para intentar aplacarla. Esos bomberos y rescatistas están concentrados en el Comando Especial Supertanqueros No. 2, una retaguardia que nunca ha sido más vanguardia.
Ahí están los que cada una hora vuelven sobre las llamas, los mismos que dicen que lo de la madrugada fue negro, y que en un instante solo supieron que «el cielo se había incendiado».
Muchachos y muchachas muy jóvenes y otros curtidos por la experiencia, pero todos impresionados por lo vivido y que, cuentan, no tiene precedentes en sus carreras. Gente que dormita y almuerza, recobrando vitalidad para en una hora volver a un terreno incierto, atemorizante.