Muy buenas tardes a todas y a todos.
Quiero comenzar expresando mi más profundo agradecimiento a quienes han hecho posible este Encuentro Continental de Buenas Prácticas, especialmente a nuestras instituciones co-organizadoras: el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Cuba y el Fondo de Población de las Naciones Unidas.
Gracias, Ministra Marta Elena Feitó Cabrera, Dra. Marisol Alfonso de Armas, y a cada persona que nos ha acompañado aquí en La Habana o que nos ha seguido desde otros rincones de la región.
En estos dos días hemos compartido reflexiones valiosísimas sobre un tema que nos une y nos desafía: la dinámica demográfica y su profundo impacto en la seguridad social en América Latina y el Caribe.
Escuchamos voces expertas que nos ayudaron a entender mejor cómo:
1. el envejecimiento acelerado,
2. la caída en la natalidad
3. o el aumento de la migración
no son fenómenos abstractos: son realidades que tocan de manera directa a nuestras juventudes, a las mujeres, a las personas mayores, a quienes migran buscando mejores oportunidades, y a quienes hoy sostienen con su trabajo nuestros sistemas productivos.
Al final del día, hablamos siempre de personas, no de estadísticas.
Conversamos sobre:
1. los enormes retos para la sostenibilidad financiera de nuestros sistemas de pensiones,
2. sobre cómo garantizar la portabilidad de derechos a las personas migrantes,
3. sobre el acceso a la salud y los cuidados,
4. y sobre la necesidad de que cada reforma o innovación se construya con sensibilidad, con datos y, sobre todo, con un firme compromiso con quienes más lo necesitan.
Desde el análisis del Banco Mundial, quedó claro que frente al envejecimiento acelerado en América Latina y el Caribe, necesitamos reformas estructurales que garanticen pensiones sostenibles, equitativas y con una mayor cobertura, especialmente en contextos de informalidad y trayectorias laborales discontinuas.
También vimos con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Cuba cómo Cuba ha enfrentado con decisión los retos del envejecimiento mediante un sistema de seguridad social universal, solidario y progresivo, que sigue ampliándose con regímenes especiales para proteger a diversos sectores sociales y productivos.
Gracias a las contribuciones del Ministerio de Salud de Cuba, comprendimos que garantizar los derechos sexuales y reproductivos, prevenir el embarazo adolescente y fortalecer la atención materno-infantil son acciones clave para enfrentar los desafíos de la dinámica demográfica desde un enfoque integral y con justicia social.
Tal como lo señaló el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) de América Latina y el Caribe,
“La resiliencia demográfica no es solo una estrategia técnica, es un compromiso ético: garantizar que nadie quede atrás en un mundo en transformación.”
Y como bien recordó la Federación de Mujeres Cubanas,
“La igualdad de género no es una meta más, es la base sobre la que construiremos sociedades más justas, inclusivas y sostenibles.”
Me llevo la certeza de que el diálogo y el intercambio entre instituciones, países y saberes, como el que hemos vivido aquí, son indispensables.
Porque ninguna política pública, por más bien diseñada que esté, puede prosperar sin cooperación, sin aprendizaje mutuo, sin alianzas que trasciendan fronteras.
Desde la Conferencia Interamericana de Seguridad Social asumimos con toda seriedad el compromiso de seguir impulsando estos espacios de encuentro, reflexión y trabajo conjunto.
Queremos seguir siendo una plataforma disponible para articular esfuerzos regionales, para documentar y multiplicar buenas prácticas, y para que lo que aquí se discute se convierta en políticas públicas que hagan realidad la justicia intergeneracional, la equidad de género y una seguridad social verdaderamente inclusiva.
Como bien señalaba el objetivo de este encuentro, no solo vinimos a reflexionar: vinimos a construir propuestas, a identificar caminos posibles y a consolidar alianzas.
Hoy nos vamos con nuevas ideas, sí, pero sobre todo con la responsabilidad compartida de transformar esas ideas en acciones concretas que cambien la vida de millones de personas en nuestra región.
A nombre de la CISS, reitero mi profundo agradecimiento a todas las instituciones que participaron, a las personas ponentes, moderadoras, equipos técnicos y organizadores, y a quienes nos siguieron en línea.
Gracias por su confianza y, sobre todo, por su compromiso con la transformación de la seguridad social en nuestras Américas.
Seguro estoy que muy pronto nos volveremos a ver para seguir caminando juntas y juntos hacia sistemas de protección social más humanos, solidarios y preparados para los desafíos que vienen.
Muchas gracias por su confianza y por su compromiso con la transformación de la seguridad social en nuestra región.
Muchísimas gracias y hasta pronto.